01 de Diciembre, 2021.
Partamos del concepto de humedad = cantidad de agua (vapor de agua o cualquier otro líquido) que está presente en la superficie o interior de un cuerpo o en el aire.
Hablamos de agua, uno de los elementos primordiales de la vida, en estado gaseoso (vapor). Elemento presente en nuestro planeta en grandes cantidades donde 2/3 del planeta están cubiertos por agua en forma de mares, ríos, lagos, …), agua que se evapora y crea las nubes, en el cuerpo humano la cantidad de agua oscila entre el 50% y el 70% y exhalamos entre 3 y 5 l. diarios de vapor de agua por persona.
Entremos en un concepto más específico: Humedad en el Aire = cantidad de agua en forma gaseosa (vapor) que se encuentra presente en la atmosfera procedente de la evaporación de masas de agua (mares, ríos, lagos,..), plan-tas y de seres vivos en general.
En la humedad de aire existen diversos modos de clasificarla: absoluta, relativa y específica.
Nos interesa para este artículo la humedad relativa = es la que mide la cantidad de vapor existente en el aire y la que debería tener para saturarse. Se mi-de con higrómetros. Poniendo un ejemplo, si una medición de humedad relativa es del 60% quiere decir del total de vapor de agua que podía contener an-tes de saturarse sólo contiene esa cantidad, aún admitiría un 40% más hasta su punto de saturación.
Hemos establecido el concepto de humedad y a continuación estableceremos los niveles adecuados para una mejor calidad del aire.
La calidad del aire depende de varios factores:
-Ambiente donde nos encontramos (mejor en zonas poca habitadas y peor en zonas muy habitadas con polución e industrias contaminantes).
-En edificaciones, influyen los materiales de construcción y las actividades que en ellas se realizan así como por la ocupación de los mismos (se-res vivos, plantas, …).
-La temperatura es un factor importante.
-La humedad.
Centrando el tema de la calidad del aire en edificios residenciales, oficinas o locales comerciales, la humedad adquiere gran importancia dada su influencia sobre personas, animales, plantas y demás objetos ahí contenidos.
Altos porcentajes de humedad relativa provocan condensaciones y la apari-ción de hongos, mohos, bacterias, …, las bajas concentraciones provocan problemas en las mucosas de los moradores de estos espacios.
Hemos comentado antes que una persona produce entre 3 y 5 lts. de vapor de agua por día, más los vapores de agua producidos por cocinas, baños, la-vado de ropa, …. Es por tanto que debe existir un equilibrio en la humedad relativa de una vivienda o local y este se estima que el grado óptimo de hu-medad relativa en este caso debe estar entre el 40% y el 65%.
Bien es cierto que la temperatura ambiente del aire condiciona la humedad relativa. Si mantenemos estable la cantidad de vapor en el aire a mayor tem-peratura la humedad relativa disminuye y a menor temperatura la humedad relativa aumenta.
Para entendernos y traspasado al medio ambiente, en presencia de calor el agua de meres, ríos, lagos, .. se evapora (agua gaseosa) y se diluye en el aire, este aire caliente sube a capas más altas y más frías de la atmósfera por lo que la temperatura ambiente a esa altura es más baja, el vapor de agua con-tenido precipita formando las nubes y si la temperatura sigue bajando se vuelve liquido y llueve.
Ciñéndonos a nuestro entorno residencial el proceso es similar y ante una humedad relativa alta si la temperatura ambiente baja el vapor de agua se licua y se precipita en muebles, revestimientos, paredes, suelos y techos. Apa-recen hongos y mohos y nuestra salud se resiente y la calidad del aire empeora.
Ya hemos establecido la necesidad de una humedad relativa estable que fluctúa entre un 40% y un 60% acompañada de una temperatura media de confort que varía entre 18º y 24º.
Entra en juego un concepto importante que es el movimiento del aire, el aire debe ser renovado, tanto para equilibrar la humedad como la temperatura. A modo de ejemplo si nos juntamos 4 personas en un coche con las ventanillas cerradas y la renovación de aire cerrada en poco tiempo la temperatura interior y la humedad suben, los cristales se empañan y en las zonas más frías el vapor se licua y se deposita en tapicerías, alfombrillas, etc.. El aire se vuelve cargado e irrespirable.
Solución: Abrir las ventanillas (manual) y ventilar o encender la renovación de aire del coche (mecánico). En viviendas o locales el procedimiento es simi-lar, ventilamos para sacar aire viciado y lo cambiamos por otro más seco y limpio.
Como conclusión a este artículo, la humedad, junto a otros factores, es muy importante en la calidad del aire que respiramos y consecuentemente es im-portante en nuestra salud, ha de ser medida y controlada para obtener un en-torno residencial salubre y confortable.
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